domingo, 19 de julio de 2009

Sieg Heil

Aclaraciones: Lo escribí después de haber terminado de leer Armand, de Anne Rice, y se nota bastante xD (más que nada con esa típica descripción de Lestat...).

Mi nombre es John Nash y son un vampiro. Viví la revolución francesa, el ascenso (y la caída) de Adolph Hitler, la primera y la segunda guerra mundial e incluso la creación de los ipods (aparatos que fascinan a mi mente del siglo XIII).
Rubio, ojos celestes, un metro ochenta; soy lo suficientemente atractivo para poder conseguir mi cena sin esfuerzo.
No me gustan las historias de vampiros, nos retratan como los monstruos, hijos de la obscuridad, o del mismo diablo. Somos seres que habitan en la noche y deciden robar vidas humanas para presenciar años infinitos de historia pero somos solo la pesadilla, los monstruos del mundo real son ustedes: Humanos mortales con un promedio de vida de 70 u 80 años.
Sin embargo, siendo tan poco comparado con nuestra especie, su instinto de destrucción es mucho más elevado, es increíble que puedan llegar a matar a 6 millones de personas por ser de una religión distinta; odian por color, por orientación sexual, por quién llega primero al espacio o por simples pedazos de papel apodados billetes. Pero hay algo que les vale mucho más que eso, algo que pocos aprecian, el amor.
Y yo los amo por eso, por el renacimiento que no presencié y el romanticismo que sí.
Pero no quisiera quedarme a ver la tercera guerra mundial, ya sea por petróleo o por agua; de todas formas ya no existiré en esos momentos, ni los protagonistas de los cuentos de Lovecraft o Stephen King lo harán, no habrá tiempo para ese tipo de creencias ya.
He tomado la decisión de desaparecer, enfrentarme al sol y transformarme en cenizas para luego despertar en un infierno digno de un chupasangre de 200 años.

1 comentario:

Sok dijo...
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